La parte más importante y compleja de un vehículo es su motor y con mayor o menor frecuencia, puede averiarse. Estas averías mecánicas conllevan un gasto por parte del propietario para su arreglo que en muchas ocasiones significa que el vehículo siga circulando o acabe en nuestras instalaciones.
Existen muchos factores que afectan a la fiabilidad mecánica o eléctrica de un vehículo: males endémicos del modelo, forma de conducir, accidentes, clima… Por suerte, siempre se tiene una solución. La mayoría de veces, son simples averías que con un recambio o repuesto se soluciona. En los casos más graves, se deben cambiar partes tan importantes como el bloque motor o la caja de cambios.
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