Los filtros de partículas son unos componentes que llevan muchos vehículos, sobre todo con motorización diésel, que se encargan de almacenar hollín que se produce a causa de la combustión. Cuando el filtro antipartículas se llena o se satura, deja de cumplir su función y presenta una avería en el cuadro. Pero esto no debe ocurrir, si sabemos algo sobre la regeneración del FAP.
¿Qué es el FAP o filtro antipartículas?
El filtro de partículas (FAP) es un filtro que se integrada en el catalizador del vehículo y tiene como objetivo atrapar partículas de carbono (hollín) que se generan durante la combustión. Gracias a este proceso, el componente puede reducir las emisiones y humos, protegiendo el medio ambiente. Es importante reconocer, que un filtro de partículas operativo puede reducir hasta un 99% de partículas contaminantes que se emiten al exterior.
La mayoría de vehículos con motor diésel y normativa EURO5 incluyen un filtro de partículas (FAP) y muchos vehículos a gasolina modernos comienzan a introducirlos para cumplir las nuevas y exigentes normativas de consumos y emisiones.
¿En qué consiste la regeneración del FAP?
Este tipo de filtros están diseñados para que una vez llenos de hollín o saturados, puedan de manera autónoma regenerarse para volver a funcionar con normalidad. Este proceso se llama regeneración del FAP y tiene dos tipos de regeneración, la automática y la manual.
- Regeneración automática del filtro de partículas
Cuando el coche circula por carretera o autovías, el motor se encuentra en una temperatura de servicio y la regeneración del FAP ocurre de forma automática y sin que el usuario se de cuenta. El FAP puede saturarse en 1000 o 1500 km con este tipo de conducción, pero se saturará mucho antes si solo se usa en trayectos cortos de ciudad.
Una vez el FAP se haya saturado, la gestión electrónica del mismo aumentará la temperatura para quemar todas esas partículas y en algunos modelos puede llegar a inyectar combustible o aditivos para realizar esa combustión de hollín. El usuario puede notar que al parar el coche, se escuchen más los ventiladores o en función del modelo, notar una leve pérdida de potencia durante el proceso, similar a cuando encendemos el A/C.
- Regeneración manual del filtro de partículas
La mayoría de vehículos están programados para hacerlo de manera automática, pero en ocasiones no se dan las condiciones necesarias. Se necesita un trayecto de más de 15 minutos donde el motor alcance una temperatura de servicio (no la del refrigerante). Si el motor no puede hacerlo de manera automática, te marcará un testigo de avería o de necesidad de regeneración manual.
Una buena manera de provocar esta regeneración manual del FAP es circular por autovías o carreteras por encima de un rango determinado de revoluciones, como las 3000rpm y un ritmo constante. De esta manera, la temperatura aumentará y el FAP podrá regenerarse.
¿Qué pasa si no consigo regenerar el FAP?
Además de aparecer un testigo de avería, el vehículo puede presentar pérdidas de potencia o entrar el limp mode, un modo de protección donde el motor está capado y te deriva directamente al taller. En el taller, la primera opción que nos ofrecerán es realizar una regeneración forzada mediante maquinaria o desmontar el FAP para limpiarlo de forma manual. En el caso de no dar con una solución, tendrás que cambiar tu filtro por un filtro de partículas de ocasión o acudir a un repuesto nuevo.
¿Qué debo hacer para evitar que el FAP se sature?
Lo que debes hacer, sobre todo si tienes un vehículo diésel, es dejar que alcance una temperatura de servicio. Esa temperatura, no es la del refrigerante. No es la aguja que siempre vemos, la mayoría de vehículos no suele mostrarla. Pero te damos unas pautas para que tu filtro de partículas no se sature en coches diésel.
Consejos para evitar la saturación del FAP:
- No uses el coche diésel para trayectos cortos. El motor genera mucho hollín cuando está frío y satura el FAP.
- No lleves el motor demasiado bajo de revoluciones. ¿Sabes cuántas averías se provocan por circular con bajas revoluciones?
- Si antes de apagar el coche ves que la aguja de las revoluciones sube y el motor ruge más… ¡se está regenerando! ¡No lo apagues! Serán 5 minutos, dale un vistazo al móvil o entretente con algo. Si no lo haces, cortarás una regeneración automática del FAP a mitad de proceso y no será nada bueno.
- De vez en cuando, dale un paseo al coche o aprovecha algún trayecto para exprimir un poco más el motor.
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